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Diamante de laboratorio

Diamante de laboratorio

 

Guía experta Tiempo de lectura: 12–15 min Categoría: Joyería & Sostenibilidad

La revolución ética y sostenible del lujo moderno

El diamante de laboratorio combina belleza, tecnología y responsabilidad. En esta guía descubrirás cómo se crea, por qué es más sostenible, cómo se certifica y qué debes revisar para comprar con confianza.

Science recreates Earth-like conditions to create a lab-grown diamond identical to a natural one.

Introducción: ¿Qué es exactamente un diamante de laboratorio?

Un diamante de laboratorio es una gema real creada en un entorno controlado que replica las condiciones de temperatura y presión del interior de la Tierra. A nivel atómico está compuesto por carbono cristalizado en estructura cúbica, exactamente igual a un diamante natural.

No debe confundirse con imitaciones como zirconia cúbica o moissanita. El diamante de laboratorio posee el mismo índice de refracción, dispersión y dureza (10 en la escala de Mohs), por lo que su brillo y durabilidad son equivalentes a los de un diamante extraído.

Idea clave: si lo analizas en un laboratorio gemológico, verás un diamante auténtico, solo que con origen tecnológico.

Diferencias clave entre diamante natural y diamante de laboratorio

Característica Diamante natural Diamante de laboratorio
Origen Formación geológica durante millones de años Síntesis controlada en semanas
Impacto ambiental Minería intensiva, alteración de ecosistemas Huella reducida y sin excavación
Ética Riesgo de conflicto dependiendo del origen Trazabilidad completa y libre de conflicto
Precio Más elevado ≈ 30–50% más accesible
Composición Carbono puro (C) Carbono puro (C)

Cómo se fabrica un diamante de laboratorio

Método HPHT (Alta Presión, Alta Temperatura)

El método HPHT reproduce las condiciones del manto terrestre aplicando presiones superiores a 5 GPa y temperaturas de 1.300–1.600 °C. Un pequeño “semilla” de diamante se coloca en un entorno con metales catalizadores; el carbono se reorganiza sobre la semilla hasta formar un cristal mayor.

Método CVD (Deposición Química de Vapor)

En CVD, una cámara al vacío se alimenta con gas rico en carbono (metano) y se ioniza con microondas para separar átomos. Estos se depositan capa a capa sobre la semilla, creciendo una lámina de diamante de gran pureza con control fino de color y claridad.

Pulido y corte

Tras el crecimiento, el cristal se corta y pule como cualquier diamante. El corte determina el retorno de la luz y, en gran medida, el “fuego” que percibimos. Un corte excelente puede realzar un quilate pequeño más que un corte deficiente en uno grande.

Beneficios del diamante de laboratorio

Impacto ambiental reducido

Al no requerir minería a cielo abierto, se evita la remoción de toneladas de tierra, el uso de explosivos y el deterioro de hábitats. La producción eficiente reduce consumo de agua y energía, disminuyendo la huella de carbono global.

Ética y trazabilidad

Cada diamante de laboratorio cuenta con un historial claro desde su crecimiento hasta la joya final. Es la opción ideal para quienes priorizan cadenas de suministro responsables.

Accesibilidad de precio

Con precios generalmente entre un 30% y 50% inferiores frente a equivalentes naturales, puedes elegir mayor quilataje o mejor corte manteniendo el presupuesto.

Calidad consistente

El crecimiento controlado permite obtener colores blancos y fancy con gran pureza, facilitando la selección de la gema perfecta.

Propiedades físicas y ópticas

El diamante de laboratorio mantiene la dureza máxima de 10 en Mohs, alto índice de refracción (≈2.42) y excelente dispersión, responsables del brillo y “fuego”. También posee alta conductividad térmica y baja expansión, cualidades apreciadas en industria.

Comparativa rápida

  • Dureza: 10/10
  • Brillo: retorno de luz superior con buen corte
  • Estabilidad: resistente a arañazos cotidianos
  • Color: desde D (incoloro) hasta fantasía (azules, rosados, amarillos)

Certificación y valoración de calidad (GIA, IGI)

Igual que sus pares naturales, los diamantes de laboratorio se certifican por institutos como GIA o IGI. En el informe figuran los famosos 4C: Cut (corte), Color, Clarity (claridad) y Carat (quilate). Revisa también fluorescencia, proporciones y tipo de crecimiento (HPHT/CVD) cuando esté disponible.

Consejo: prioriza corte Excelente o Very Good. Un gran corte maximiza el brillo incluso con menor quilataje.

Diamante de laboratorio vs “sintético”: aclarando el término

En ciencia, sintético significa “creado por síntesis” y no “falso”. Por lo tanto, un diamante sintético es un diamante real con las mismas propiedades físicas y químicas; lo que varía es su origen (laboratorio vs geología).

Aplicaciones: de la joyería a la alta tecnología

Joyería moderna y sostenible

Marcas y diseñadores lo adoptan para anillos de compromiso, collares y aretes. Transmite un mensaje de lujo responsable, con estética impecable y trazabilidad total.

Industria y ciencia

Por su dureza y conductividad térmica, el diamante de laboratorio se usa en herramientas de corte, ventanas ópticas, láseres, electrónica de potencia y hasta dispositivos cuánticos.

Cómo identificar y comprar un diamante de laboratorio de calidad

  1. Revisa los 4C: prioriza corte, luego claridad y color; el quilate define tamaño, no brillo.
  2. Exige certificado GIA o IGI que especifique “Lab Grown” y número de laboratorio.
  3. Evalúa la montura: un buen engaste (garra o bisel) protege la piedra y realza el retorno de luz.
  4. Garantía y devoluciones: políticas claras y servicio posventa.
  5. Compara precios: cotiza varias opciones con mismos parámetros de calidad.

Tendencias y futuro del diamante de laboratorio

La preferencia por lujo responsable impulsa un crecimiento sostenido. Veremos más colores “fancy”, piedras de mayor tamaño, y cadenas de suministro con huella de carbono verificada. La transparencia seguirá siendo el factor decisivo.

Mitos comunes y realidades

  • “No tienen valor real” → Su valor proviene de la calidad y certificación, como en los naturales.
  • “No duran” → Son tan duros y resistentes como cualquier diamante.
  • “Se distinguen a simple vista” → Falso; se requiere equipo gemológico especializado.

Preguntas frecuentes sobre diamante de laboratorio

¿Un diamante de laboratorio es real?

Sí. Misma composición (carbono), mismas propiedades ópticas y físicas. La diferencia es su origen de crecimiento.

¿Cuánto más económico es frente al natural?

Dependiendo de calidad y mercado, suele costar entre un 30% y 50% menos para parámetros equivalentes.

¿Cómo sé si está certificado?

Debe incluir reporte GIA/IGI con número de certificado grabado con láser en el filetín (cuando aplica).

¿Qué método es mejor, HPHT o CVD?

Ambos producen gemas de alta calidad. CVD ofrece control fino de pureza/color; HPHT suele lograr cristales muy limpios y puede “mejorar” color. Lo importante es el corte final y el certificado.

¿Se revalorizan con el tiempo?

Como cualquier gema, depende de oferta y demanda. Compra por su belleza, calidad y alineación con tus valores.

¿Cómo cuidarlo en casa?

Límpialo con agua tibia, jabón neutro y cepillo suave; evita golpes fuertes y revisa garras y engaste cada 6–12 meses.

Conclusión: el brillo responsable del lujo

El diamante de laboratorio une ciencia y estética para ofrecer una joya auténtica, ética y accesible. Si buscas máximo brillo con impacto ambiental mínimo, es una elección coherente con los valores del lujo moderno.

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